Creo que a parte de la tortilla de patatas, en este blog no ha
habido ninguna receta de tortillas.
Hoy
quiero publicar una de las que me parecen más deliciosas. La tortilla de pochas
y ajos tiernos.
La pocha es una variedad de alubia
blanca, que se consume antes de su madurez. Su nombre viene del color desvaído
o pocho que tiene su vaina en el momento de su recolección. El grano pasa de
los tonos verdosos hasta el blanco que tiene en su son final y está considerada
como verdura. Se puede decir que Navarra es la cuna de la pocha, aunque también
las recolectan en La Rioja y Aragón, en donde las llaman “bachocas”, y en
Cataluña donde se llaman "mongets".
Se tiene noticia de su presencia
en las huertas navarras desde antiguo. Juan Cruz Labeaga
en su interesante trabajo “La alimentación de Sangüesa”, fundamentado en el
Libro de Administración del Convento de Santo Domingo de los Padres Dominicos de Sangüesa, va
dando cuenta detallada, entre otras cosas, de los alimentos por ellos
consumidos. Por ello sabemos que, a principios de octubre de 1775, una mujer
lleva a los vendimiadores, entre otros alimentos, alubias pochas. Así mismo, en
otra fiesta muy importante para la comunidad de Navarra como es la de Nuestra
Señora del Rosario, se come como verdura propia del tiempo alubias pochas, que
los frailes pagaron en 1783 cuatro reales por ellas.
Como su época de producción no empieza
hasta principio de verano, he recurrido a las embotadas. Las hay deliciosas
Empezaremos troceando unos ajos tiernos
y los saltearemos levemente en una sartén con un poco de aceite de oliva.
Los retiraremos y los pondremos en un
bol junto a las pochas que habremos sacado del bote y habremos pasado por agua
templada.
A continuación iremos añadiendo huevos
batidos hasta tener una proporción para tortilla. Añadir sal y pimienta.
Ya nada más fácil, iremos cuajando
tantas tortillas como comensales. Encima de cada tortilla pondremos una hermosa
anchoa del Cantábrico y acompañaremos dicho manjar con unas piparras.