Siguiendo con el recetario
clásico, el que hoy nos ocupa es el tradicional Fricandó.
Aunque hoy en día se
encuentra en bastantes restaurantes, ha desaparecido prácticamente en todos los
restaurantes de lujo donde tenían a gala servirlo como un plato típicamente de
domingo.
El Fricandó es un plato
típico de la cocina catalana que se hace a base de filetes finos de carne de
ternera y setas (típicamente moixernons o senderuelas ).
Es posible que la palabra
fricandó venga de el occitano frica, que por su parte viene del latín frigere
(freír), ya que la carne se fríe en aceite de oliva, manteca o una mezcla de
ambos. En Francia a cualquier plato guisado con carne y verduras se le llama
Fricase, y posiblemente este plato llegara
a Cataluña por el norte por su proximidad a Francia, apareciendo en los
primeros tratados de cocina ampurdanesa.
Al contrario que otros
platos típicos tradicionales clásicos su origen no es campesino, sino propio de
la ciudad. El origen de la receta seguramente es medieval. La receta del
Fricandó que ahora conocemos, aparece por primera vez escrita en un libro de
recetas de inicios del siglo XVIII por el Franciscano Josep Orri "Avisos i
instruccions per lo principiant cuiner" . A partir de ese momento, la
receta aparece en todos los manuales de cocina catalana, con pequeñas
variaciones personales pero con el común denominador de la carne de ternera
cortada fina, enharinada, el sofrito, los hongos y la picada.
El hongo más usado es el
Moixernó (Calocybe Gambosa) o el Camasec, que tantos otros nombres tiene, cremalloles,
carreretas, senderuelas (Marasmius Oreades) .
Para hacer este plato, la
carne que más aconsejo, es la llata de ternera que es una parte de la culata de la
espalda más gelatinosa y que nos aportará más textura al guiso.
Y las setas, prefiero las
senderuelas secas ya que luego usaremos el agua donde han estado hidratadas.
Tomaremos las setas secas y
las dejaremos en remojo en agua caliente.
Empezaremos haciendo unos
finos filetes, que salpimentaremos y posteriormente una vez enharinados
freiremos en aceite de oliva.
Una vez fritos, los
retiraremos y en ese mismo aceite freiremos un diente de ajo y cebolla cortada
en brunoise. Cuando la cebolla haya tomado color, añadiremos tomate rallado, lo
dejaremos cocer un rato y añadiremos las setas que teníamos en remojo.
A continuación echaremos una
copa de vino rancio o de amontillado. Añadiremos los trozos de carne y cuando
el vino haya reducido añadiremos hasta cubrir el agua de remojo de las setas
bien colado.
Lo dejaremos hervir a fuego
muy lento durante 30 minutos, moviéndolo varias veces para que no se pegue el
guiso, ya que los guisos donde se usa harina siempre suele eso suceder.
Una vez casi terminado el
guiso se puede añadir una picada hecha con ajo, piñones, almendras tostadas,
perejil y pan frito o una galleta (carquinyoli).
Particularmente, yo no le
añado está picada. Pero aquí, que cada uno actúe como más le guste.
Como todos los guisos es
bueno dejarlos reposar unas horas, incluso, servirlos al día siguiente.
A mi me gusta acompañarlo de
patatas fritas, pero otros acompañamientos que le irán bien será con arroz en
blanco, patatas cocidas o también un clásico puré de patatas.
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