La sopa borsch, es un plato
clásico de la cocina rusa. Su ingrediente principal es la remolacha.
Existen básicamente dos
modos de prepararla, la manera imperial que era plato casi obligado en las
mesas de los zares de Rusia y al modo Ucraniano, que era un plato de la cocina
popular y mucho más contundente.
La diferencia básica entre
ambos es que al modo imperial, sólo se cocinaba con verduras y al modo
ucraniano se añadía carne y se servía como plato único.
La receta que yo os presento
está más cercana a la receta imperial.
Se puede servir, bien fría o
bien caliente.
En una cazuela sofrío
cebolla cortada fina, un poco de patata,
puerro y zanahoria. Añadiremos caldo de ave y dejaremos cocer por espacio de 30 a 40 minutos. En cazuela
aparte coceremos tres o cuatro remolachas en agua hirviendo. También se pueden
ya comprar envasadas al vacío y cocidas. Una vez cocida la remolacha la
incorporaremos a las otras verduras y dejaremos cocer todo junto otros diez
minutos. Pasaremos todo por la batidora y colaremos.
Añadiremos entonces un
chorro de limón y serviremos en tazas individuales. Encima de esta crema
añadiremos crema agria y ralladura de limón.
Era el primer plato en la mesa de los zares y
generalmente se servia frío acompañado de vodka . Ya, a continuación se servía
el caviar acompañado de blinis y también con crema agria. Y después se
continuaba el almuerzo o la cena hasta con veinte platos más, donde nunca
faltaba el esturión, platos de caza y diversos tipos de carne.
En la cocina popular,
generalmente se servía caliente y se añadía carne, generalmente de res picada,
también se acostumbraba poner carne de conejo o de gallina y las verduras no se
trituraban, se picaban finas y siempre había una gran cantidad de patatas en
este caldo. El ingrediente que no puede
faltar en ambas receta es la crema agria.
También no sería nada
desdeñable acompañar esta sopa con el Champagne de Louis Roederer, Cristal, ya
que es una bebida con una gran Historia, desde su creación en el año 1876, al
convertirse en proveedor oficial del Zar Alejandro II de Rusia, le ordenó que
las botellas fueran transparentes, ante el temor de ser asesinado por si en el
interior de la botella hubiera algún tipo de veneno o artefacto explosivo.
Lo probaré. Con la remolacha del huerto 😋
ResponderEliminarY bien que harás !
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