martes, 9 de septiembre de 2014

La Cerdanya.



Soy un apasionado de este valle, mitad en Francia, mitad en España.  He pasado prácticamente todos los veranos de mi vida aquí, y pocos los fines de semana durante el resto del año que dejo de acudir. Es lo que llamo " mi edén".

La Cerdanya reúne, entre otras cosas, dos de mis grandes pasiones, un entorno gastronómico inigualable y una de las densidades mayores de arte románico del continente.

Durante cada día del mes de Agosto, a excepción de una semana que me ausenté de la Cerdanya, a través del facebook, he ido publicando una iglesia románica de esta comarca. Veintitantas iglesias publicadas, y aún han quedado muchas en el tintero.



Pese a que histórica y geográficamente La Cerdanya se ha constituido desde siempre como una única unidad, a mediados del siglo XVII y como consecuencia del Tratado de los Pirineos (1659), el territorio quedó políticamente dividido entre Alta y Baja Cerdanya, quedando la Alta Cerdanya adscrita a territorio francés y la Baja bajo soberanía española, dividiéndose ésta a su vez entre las provincias catalanas de Lérida y Gerona.



En la Alta Edad Media, fue precisamente a través de dicha Stata Ceretana por donde primero bárbaros y después sarracenos invadieron el territorio de La Cerdanya, siendo estos últimos expulsados por los carolingios en el siglo VIII, constituyéndose entonces junto al Urgell una única entidad dentro del complejo entramado de los Condados Catalanes.



En lo eclesiástico, La Cerdanya quedó desde su constitución bajo jurisdicción de la Diócesis de Urgel, cuya mitra promovería la edificación de la mayoría de iglesias parroquiales fundadas en sus pequeñas localidades, las cuales, serían posteriormente donadas para su administración a distintos monasterios cercanos; principalmente Cuixà, Canigó, Sant Pere de Rodes o Tavèrnoles.



Un dato importante para comprender la historia de La Cerdanya, es cuando ésta en el S.XII cambia su capitalidad pasando de Ix a Puigcerdá.

La Cerdanya ha pertenecido a varios reinos y condados. Los primeros vestigios datan de los primeros Condes de Cerdanya nombrados por reyes Francos, el primero es Borrell de Osona (798 -812).  A partir del año 897 se empieza la dinastía propia de los Condes de Cerdaña hasta las capitulaciones que hace Wifredo el Belloso siendo Conde de Barcelona. El primer conde de Cerdaña es Miró II ( 897 - 927)  los Condes de Cerdaña reinarán hasta 1113, siendo Dulce de Provenza su último conde, pasando de nuevo al Condado de Barcelona siendo su último rey Ramón Berenguer IV, y el condado tras este corto espacio de tiempo 1113 al 1162 pasa a la Corona de Aragón, a la reina Petronila que rápidamente abdica en su hijo Alfonso II de Aragón y funda la Ciudad de Puigcerdá. Jaime I en 1276 pasa el condado al reino de Mallorca, que pertenece hasta  la muerte de Jaime III  en 1349  en que el reino de Mallorca vuelve a integrarse al Reino de Aragón.

Un punto de inflexión importante en la historia medieval de La Cerdanya fue la invasión cátara o albigense, acaecida entre finales del siglo XII y principios del XIII y que traería consigo el expolio y la destrucción de numerosos templos de la diócesis urgelitana, entre ellos, muchos del territorio que nos ocupa.


Podríamos dividir los edificios románicos de la Cerdanya entre aquellos que sobrevivieron a la devastadora incursión albigense, en los cuales es aún palpable la influencia Lombarda propia del primer románico y que en ocasiones, sobre todo en zonas aisladas, perduró hasta bien entrado el siglo XII; y por otro lado, aquellas que, tras ser destruidas por los herejes cátaros, fueron reconstruidas ya entrada la decimotercera centuria, siendo patentes en ellas el influjo del incipiente gótico.



Si algo caracteriza el románico de La Cerdanya es la proliferación de pintura románica: tanto sobre el propio muro, como, sobre todo, plasmada sobre madera en frontales de altar, procediendo de este territorio algunas de las más sobresalientes piezas de esta naturaleza conservadas en distintos museos españoles, como son los frontales de Soriguerola, Baltarga, Grèixel, Bolvir, Mosoll, Santa Coloma de Ger o Santa Eugenia de La Saga.
  

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