Querido maestro,
Ante todo, felicitarte en el día de tu cumpleaños. Aunque
nacieras, un día como hoy en 1599 sigues estando joven y lozano, por lo cual, ruego aceptes que te
tutee.
Hoy, es un día que hace que especialmente me acuerde de ti,
y quiero agradecerte el legado que nos has dejado.
Ya con una edad temprana te incorporarías al taller de
Francisco Pacheco, que además de enseñarte el oficio te casarías con su hija
Juana de 15 años – Salúdala de mi parte y ponme a sus pies. En aquella época era normal
establecer vínculos de unión entre los artistas formando así una red de
intereses que facilitaba trabajos y encargos.
Qué tal están tus hijas Francisca e Ignacia ? me imagino que
estarán ya hechas unas mozas de buen ver.
De aquellos primeros tiempos de tu carrera artística ya nos
empezaste a regalar con magníficas obras como el “Almuerzo” y “Vieja friendo
huevos”. Sabes ? el primero se lo quedaron los rusos y se encuentra en El
Hermitage de San Petesburgo, y “la vieja” está en la National Gallery de Escocia
en Edimburgo. Están los dos en muy buen estado y los dos se conservan estupendamente.
De vez en cuando hacen algún viaje para encontrarse con sus “hermanos”.
En aquellos primeros años tenías una clientela sevillana,
mayoritariamente eclesiástica, y te demandaban temas religiosos, cuadros de
devoción y retratos, por lo que tu producción se volcó en los encargos religiosos, como la Inmaculada Concepción , La adoración
de los Magos, Cristo en casa de
Marta y de Maria o la Cena de Emaus. Pero el que realmente
más me impresionó fue el retrato que le hiciste en 1620 a Sor Jerónima de la
Fuente. Un cuadrazo !
Suerte también tuviste en que Gaspar de Guzmán, luego
conde-duque de Olivares ,
se convirtiera en poco tiempo en el todopoderoso valido del
nuevo rey Felipe IV y abogó porque la corte estuviera integrada mayoritariamente
por andaluces. Tu suegro, Pacheco debió entenderlo como una gran oportunidad
para ti, procurándose los contactos oportunos para presentarte en la corte. Me
imagino que ya ibas para Madrid con la ilusión de pintar un retrato al nuevo
rey, pero, no es que dejaran colgado pero casi casi. De regreso a tu Sevilla
natal, a tu suegro le habían encargado más retratos y te pasó el encargo de
retratar al poeta Luis de Góngora que era el capellán del rey. Yo me inclino a
pensar que el joven monarca , seis años menor que tu, y, que había recibido
clases de dibujo de Juan
Bautista Maíno, al ver el retrato de Góngora supo apreciar de inmediato tus dotes artísticas. Y en 1623 se
ordenó trasladar tu lugar de residencia a Madrid, nombrándote pintor del rey
con un sueldo de veinte ducados al mes, ocupando la vacante de Rodrigo de
Villandrando que había fallecido el año anterior. Y es ahí, donde empieza tu
fulgurante carrera !!!.
Allí te hinchaste a pintar y pintar, retraste al rey infinidad
de veces, de pie ,
a caballo, cazando. También a los infantes, pero realmente lo que más me
sorprendió de tu prodigiosa carrera fue que pintaste con la misma dignidad a
reyes que a enanos, a infantas como a
esclavos. Por cierto, cada vez que veo el retrato que le hiciste a tu esclavo
Juan de Pareja me da un subidón. Es la mirada de Dios. Increíble. Te diré que a
mi quizá sea una de tus pinturas que más me gusta.
Otro día te volveré a escribir para seguir comentando otros
temas que en esta carta no he tratado como de tu viaje a Italia para pintar al Papa
Inocencio y hablar un rato de tus “Meninas”. Por cierto, en la última visita
que hice a Madrid fui de nuevo a visitarlas, en una exposición que se habían
puesto de acuerdo el Museo del Prado con el Museo de Historia Natural. La
verdad es que me gusto mucho esa exposición.
Bueno, como te decía al principio de esta carta, mi motivo
era felicitarte por tu cumpleaños.
Hasta pronto, tu siempre fiel admirador.
Alejandro
Un formato ideal para formar a la parroquia.
ResponderEliminarEs que ya veo un libro!
Que interesante! Te traslada al sXVII como si nada. Felicita a tu amigo tambien de una admiradora
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