martes, 17 de marzo de 2015

Vol au vent de lenguado y gambas, Salsa Mornay

    
     La libertad guiando al pueblo Eugène Delacroix 1830

Esta receta tiene tres puntos en común y un legendario restaurante parisino, Le Grand Véfour.
Los protagonistas son primero el insigne cocinero Marie Antoine Carêne, creador del vol au vent, un ilustre cliente del restaurante  Le Grand Véfour, el Conde Charles de Mornay y por último la relación de este con el insigne pintor Eugène Delacroix.




Marie Antoine Carêne

Carêne es uno de los más grandes cocineros de la historia, Marie-Antoine Carême -quien, aunque su nombre parezca indicar otra cosa, fue un varón nacido en París en 1783 y fallecido en la misma ciudad en 1833- inventó, entre otras muchas cosas, esos pastelitos de hojaldre rellenos antes tan frecuentes en aperitivos y cócteles y hoy casi olvidados llamados, en español, volovanes, del francés vol-au-vent.

Al parecer, un día este maestro cocinero, que trabajó para el príncipe de Talleyrand, el zar Alejandro I, el que luego sería Jorge IV de Inglaterra, el príncipe Sterhazy y el barón Rothschild, tuvo la idea de hornear unos pastelillos usando una masa de hojaldre en lugar de la habitual pasta brisa; cuando salían de horno, uno de sus ayudantes, admirado de la ligereza de esa pasta, exclamó: "elle vole au vent!" (¡vuela al viento!), de donde procede su nombre actual.

                  
                  Retrato de Charles de Mornay por Eugène Delacroix

El Conde Charles de Mornay

Era un político francés, diplomático y coleccionista de arte, de hecho era una de los clientes habituales de Le Grand Vefour y el restaurante le brindó el nombre de una de las salsas creadas en sus cocinas.
Mantuvo una estrecha relación con Eugène Delacroix con quien a instancias del nuevo rey Louis Philippe, y con el consejo de la amante de Charles de  Mornay , Mademosielle Mars, partieron  de viaje juntos al norte de África.

La amistad con Delacroix durará hasta la muerte del artista. De su participación conjunta en la misión de Marruecos, Delacroix realiza un álbum de acuarelas que se lo regalará a su amigo el conde de Mornay y que so lo llevará a Estocolmo donde posteriormente fue destinado.



Y finalmente el legendario restaurante le Grand Véfour Situado en los preciosos jardines del Palais Royal, que abrió sus puertas en 1784 de la mano de Antoine Aubertot con el nombre de Café de Chartres. En 1820, fue adquirido por Jean Véfour que tras un breve periodo de tiempo se lo vendió a Jean Boissier, aunque el nombre de este restaurante permanece hasta nuestros días.
El local estuvo cerrado de 1905 hasta 1947, y en su reapertura, fue Jean Cocteau quien diseño la carta del menú. Desde sus inicios un nutrido y selecto público acudió a sus salas. Bonaparte, Balzac, Víctor Hugo, Malraux o Colette y la Bella Otero al igual que el Conde de Mornay.



Y vayamos ahora a la receta de este vol au vent de lenguado y gambas con salsa Mornay.

Para empezar haceros con unos volovanes de buena calidad, mejor encargárselos a una pastelería de vuestra confianza.


Empezaré diciendo que la salsa Mornay, es una bechamel a la que se añade unas yemas de huevo y queso rallado. Yo utilizo Cheedar.
Marcaremos en una sartén muy levemente unos filetes de lenguado y reservaremos. A continuación en esa misma sartén pocharemos una escalonia picada muy fina, añadiremos unos champiñones también finamente picados y flambearemos con Pernod ( se puede utilizar cualquier tipo de anís ) añadiremos unas colas de gambas peladas que retiraremos del fuego tras una muy leve cocción.
Es la hora de rellenar los volovanes, alrededor de ellos pondremos los filetes de lenguado y en el centro la "duxelle" (farsa) de gambas y champiñones. Cubriremos con la salsa Mornay e introduciremos en el horno a 200 grados hasta que tome algo de color.
Colocaremos sobre el plato de servir y añadiremos, si se desea, más salsa alrededor.



Un vino blanco de Borgoña, sería un gran aliado para acompañar tan histórica receta.




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