Fiel adicto a Master Chef, ayer en el penúltimo programa de
la serie de Master Chef 2, Jordi
Cruz y José
Rodríguez hablaron a los concursantes de Alta Cocina.
El programa que no deja de ser divertido y entretenido, ayer
se convirtió en un alarde de pedantería por parte de dos
miembros del jurado, mientras la otra asentía.
Me explicaré para quienes no vieron el programa. Ambos
cocineros, prepararon platos propios de su autoría que los concursantes debían
reproducir. Jordi Cruz
había hecho un postre que él llamaba “La pantera rosa”, una mezcla de una
extraña espuma cocida al microondas a modo de bizcocho con un helado de no se
que de rosas y una crema de chocolate blanco con el atrevido nombre de
“ganache”, flores y más historias.
Bien, siguiendo con la dinámica del juego, uno de los
aspirantes quedó eliminado. La segunda prueba, esta vez en la embajada de
Italia, los aspirantes cocinaron platos de cocina italiana, donde el ganador de
la prueba ya quedaba como finalista del concurso y los otros dos pasaban a la
prueba de eliminación. Y es aquí donde quiero yo llegar.
Para la prueba de eliminación los dos concursantes optaban
para acceder al otro puesto de la final. Se les encargó que hicieran unos
“loritos” ( pescado delicioso, que se captura a finales de verano y conocido y
muy apreciado en las Baleares con el nombre de Raons ), con unas
esferificaciones de agua de tomate, y de nuevo ese extraño bizcocho al
microondas, esta vez de tomate. Nervios entre los concursantes, congelando
gotas de aceite, usando la máquina de vacío, recortando vasitos de papel,
pesando y midiendo como si del laboratorio del Dr. Frankenstein se tratara. Y
para finalizar un particular postre que para ejecutarlo se requería de un
taladro eléctrico y un tubo de plástico al que había que añadir caramelo
fundido. La cocina recordaba más entonces a los inventos del Dr. Franz de Copenhague.
Y llegó el momento de las presentaciones. Uno de los
aspirantes, se sentía orgulloso de la cantidad de técnicas que había aprendido
durante el concurso, y de lo mucho que le había ayudado el jurado en mejorar la
presentación de los platos. Sin embargo, la otra, decía que aún habiendo
conseguido el resultado le parecía mejor comerse los loritos tal cual, y si el
bizcochito de tomate y la esterificación del pobre tomate tenía que recordar a un
pan con tomate para que tanta historia. Y fue entonces cuando el Sr. Cruz y el
Sr. Rodríguez hablaron de la “alta cocina”, de su “alta cocina”, y que ella aún
y siendo la ganadora para la otra plaza
de la final debería entender lo que significaba “alta
cocina”.
Y es aquí donde llega mi indignación. Acaso se creen ellos
que hacen alta cocina, es más, dudo que ni tan siquiera comprendan lo que es la
alta cocina de verdad. Ellos lo que hacen es jugar con la comida, enmascararla
hasta los más sofisticados extremos, esferificarla, llenarla de productos
químicos para conseguir curiosas reacciones, servirla en ridículos platos de
cristal, adornarla de flores
y siempre unas gotas alrededor como si de una salsa se tratara. Alta cocina,
alta cocina ? Lo que si realmente es alto, es el precio, quizá justificado por
la cantidad de empleados que necesitan para presentar y “cocinar” estos
resultados, para pagar todo ese marketing alrededor de todo este montaje
gastronómico y para satisfacer su pedantería y su ego personal.
Alta cocina, Sr. Cruz y Sr. Rodríguez, es otra cosa. Alta
cocina es enaltecer el producto, alta cocina es saber guisar faisanes y becadas, alta cocina es saber hacer
un suculento soufflé sin recurrir a los vasitos de plástico ni al microondas,
alta cocina es saber flambear unos crepes suzzette con elegancia, alta cocina,
es también satisfacer a tu cliente haciéndole disfrutar lo que está comiendo sin tenerle
que explicar como tiene que hacerlo. Alta cocina es la que se practica en los
restaurantes donde el chef está rodeado de una serie de empleados donde cada uno
tiene una partida designada, unos para fondos, otros para aves, otros para
pescados y mariscos, otros para carnes, otros en el cuarto frío, otros en los
postres, otros en la recepción de mercaderías que el mismo chef ha seleccionado.
Alta cocina es un servicio de sala elegante e impecable,
donde los camareros irán vestidos de camareros y servirán con guante blanco.
Alta cocina es el maître que sabiamente aconsejará a los clientes y estos no
tendrán que preguntarle que es esto o que es aquello.
Les aconsejo que no hablen de alta cocina, les aconsejo que
hablen de física recreativa, de druidas y de pócimas, les aconsejo que hablen
de su show cooking, de sus esferificaciones, de sus espumitas y de sus
desconstrucciones, de cómo hay que comer ese invento por ustedes creados.
Pero, por favor, no
hablen de alta cocina.
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