La civilización griega, cuna
de la civilización occidental, hizo civilizada la gastronomía.
Las islas griegas se
abastecen de la tierra y del mar. Tierra donde se producen unas inmejorables y sabrosas hortalizas, y unas
carnes como el cerdo la cabra y el cordero que luchan para sacar el mejor
partido de la Madre Tierra quien será quien les alimentará.
En el mar conviven de modo
también civilizado tanto moluscos como peces y una civilizada pesca, sin
grandes flotas, hace que estos abunden en cantidad y en calidad.
En la Grecia continental, se
encuentra el mejor bien que jamás haya concedido la naturaleza. El Olivo. De su
jugo procede ese oro líquido que da origen a la dieta Mediterránea. Y su
variedad, la aceituna de Kalamata, quizá el mejor ejemplo de ello.
La civilizada cocina griega
nos regalará para empezar con deliciosos entrantes. Productos tan simples
como tomates, cebollas, pepinos y
pimientos serán civilizadamente aliñadas con aceitunas, alcaparras, hierbas
aromáticas y su oro líquido inigualable.
Ahora un toque de queso Feta nos dará su inolvidable Ensalada Griega.
Sigamos con las patatas,
berenjenas y calabacines que una vez más, civilizadamente, asarán, freirán o
cocerán de un modo inigualable.
A los griegos, les gusta
comer civilizadamente y la mesa
estará compuesta de un sin fin de entrantes que civilizadamente compartirán. A
estos entrantes se les denomina Mezze. El Ouzo, será la bebida que acompañará
dichos entrantes. No podrán faltar el Tzatziki, yogur batido con ajo y pepino.
La elegante Taramosalata, de bonito color rosado, una combinación de huevas de
pescado y patata cocida. La crujiente Spanokopita hecha de espinacas y envuelta
en hojaldre. El singular Saganaki, queso frito y a veces flambeado que te servirán
con un singular grito. OPA ! Las Dolmades,
hojas de parra que envolverán, arroz, carne o vegetales.
Entremos ahora en los platos
de carne. Como anteriormente comentaba las carnes más habituales en Grecia son
el cordero, el cabrito, el cerdo las aves y el conejo.
Los dos primeros serán
cocinados muy lentamente en vasijas de barro con abundantes verduras y vino.
Giouvetsi.Tras largas horas de cocción quedarán tiernos y jugosos. Y con el
conejo harán el delicioso Stifado a base de cebolla, hierbas y vino tinto.
Con mezclas de carne
preparan la civilizada Mousaka. Una mezcla de carnes sofritas con cebolla y
tomate que acompañadas de patatas y berenjenas, recubiertas de una cremosa
bechamel, acabarán en el horno gratinándola con queso Feta.
No hay que olvidar los
Souvlaki, brochetas que asarán en parrillas de carbón. Generalmente se preparan
de cerdo, cordero y pollo. Aunque en algunas ocasiones también serán una
combinación de estas.
Y con una cierta influencia
turca, el clásico Gyros. Especie de bocadillo de variadas carnes con pan de
Pita al que añadirán diversas ensaladas, cebolla, tomate crudo y patatas
fritas. Todo ello aderezado con el clásico Tsatsiki. Aconsejo encarecidamente
probar este fast food griego.
Los pescados, como el mero,
el déntol, el pargo, la lubina y la
sabrosa escórpora con su bonito nombre griego de Skorpion serán generalmente asados de nuevo al carbón,
aunque también servirán fritos como los salmonetes, las sardinas o las anchoas.
Otra forma clásica de preparar el pescado o el marisco es guisado con tomate y
queso Feta. Es el conocido Saganaki.
Buenos aficionados a los
moluscos asarán o freirán los calamares, y los mejillones o bien los cocinarán
con vino blanco y hierbas aromáticas, como los harán al vapor o a la plancha.
Curiosamente el pulpo, en
vez de cocerlo en agua hirviendo, lo dejan secar durante días al sol, imagen
que nos acompañará en nuestro viaje a Grecia. Luego los asan a la parrilla.
También suelen prepararlo frío como ensalada.
Se saborean también las
langostas, carecen de bogavantes y abunda la cigala real o galera de Balmain,
extraño crustáceo desprovisto de pinzas y de cabeza plana.
Grecia también tiene grandes
vinos, como los blancos de Santorini, y los tintos continentales. Sin olvidarse
del Retsina, vino que al ser envejecido en botas de pino impregnadas de pez,
nos recordará al aroma de su resina.
También podremos degustar
deliciosos licores como el Rakomelo, el Mastika, Tsikoudia, parecido al orujo o
el Tsipoudo orujo aromatizado con anís. Y brandys mezclados con vino como el
Metaxa.
Y en el capítulo de postres
no podrá faltar el yogur combinado con frutas y miel, el suculento Baklava, los
Diples o las bolas de Lokma entre otros. Todos muy ricos en miel, especies y
frutos secos.
Grecia fue cuna de la
civilización, y también lo es de una refinada cocina que hoy en día sigue
innovando, pero sin perder un ápice de su tradición.
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