Muchos de mis lectores dicen que mis recetas pueden llegar a
ser complicadas. No les quito la razón. Por este motivo se me ha ocurrido crear
un nuevo espacio que sea todo lo contrario.
En “un minuto más en la cocina”, mi idea es transformar los
platos de diario en algo más suculento y apetecible con unas brevísimas
aportaciones.
A veces, me invitan a comer o cenar a alguna casa y conociendo
mis dotes culinarias siempre hay quien me dice “sabiendo como cocinas estoy
preocupado(a) por lo que te voy a dar “. No es cierto, ya que mi educación me
prohibiría hacer un comentario negativo a alguien que ha tenido la gentileza de
invitarme a su mesa.
“¿Por qué no me ayudas?”
A lo que siempre accedo y lo hago encantado. Si he de decir
verdad, muchas veces lo hago por mi propio interés.
Por eso, en esta nueva “etiqueta” en mi blog quiero aportar
unos pequeños trucos para los no demasiado expertos, sin complicarles la vida.
Hoy empezaré con una simple pechuga de pollo a la plancha.
¿Quien no ha cocinado una pechuga de pollo a la plancha?,
puede ser de lo más aburrido y poco apetecible, seca y sin ninguna gracia.
Ahí van mis primeros consejos.
Lo primero que hay que hacer, es pedirle al carnicero que
nos la abra en filetes como para empanar. Incluso, me parece que en los
lineales de los supermercados ya existe este corte.
Cuando lleguemos a casa o la vayamos a cocinar la pondremos en una
bandeja con un adobo de aceite, limón, un poco de curry, unas hierbas aromáticas
(el estragón es la que mejor le va) sal y pimienta.
Al ser finas, con muy poco rato en la plancha o sartén estarán
ya cocinadas.
Cualquier acompañamiento servirá, desde unas patatas fritas
hasta unas verduras salteadas.
E incluso, vamos a preparar una salsa de lo más fácil. En
igual proporción mostaza y miel que removeremos con un tenedor para
homogeneizarla.
Hemos estado el mismo tiempo en la cocina, quizá un minuto más, pero el resultado salta
a la vista !
Tiene q estar buenísimo, lo voy a probar, muchas gracias.
ResponderEliminar