miércoles, 1 de octubre de 2014

Un minuto más en la cocina. 1

Muchos de mis lectores dicen que mis recetas pueden llegar a ser complicadas. No les quito la razón. Por este motivo se me ha ocurrido crear un nuevo espacio que sea todo lo contrario.
En “un minuto más en la cocina”, mi idea es transformar los platos de diario en algo más suculento y apetecible con unas brevísimas aportaciones.
A veces, me invitan a comer o cenar a alguna casa y conociendo mis dotes culinarias siempre hay quien me dice “sabiendo como cocinas estoy preocupado(a) por lo que te voy a dar “. No es cierto, ya que mi educación me prohibiría hacer un comentario negativo a alguien que ha tenido la gentileza de invitarme a su mesa.

“¿Por qué no me ayudas?”
A lo que siempre accedo y lo hago encantado. Si he de decir verdad, muchas veces lo hago por mi propio interés.

Por eso, en esta nueva “etiqueta” en mi blog quiero aportar unos pequeños trucos para los no demasiado expertos, sin complicarles la vida.

Hoy empezaré con una simple pechuga de pollo a la plancha.


¿Quien no ha cocinado una pechuga de pollo a la plancha?, puede ser de lo más aburrido y poco apetecible, seca y sin ninguna gracia.

Ahí van mis primeros consejos.
Lo primero que hay que hacer, es pedirle al carnicero que nos la abra en filetes como para empanar. Incluso, me parece que en los lineales de los supermercados ya existe este corte.
Cuando lleguemos a casa o  la vayamos a cocinar la pondremos en una bandeja con un adobo de aceite, limón, un poco de curry, unas hierbas aromáticas (el estragón es la que mejor le va) sal y pimienta.


Al ser finas, con muy poco rato en la plancha o sartén estarán ya cocinadas.
Cualquier acompañamiento servirá, desde unas patatas fritas hasta unas verduras salteadas.

E incluso, vamos a preparar una salsa de lo más fácil. En igual proporción mostaza y miel que removeremos con un tenedor para homogeneizarla.




Hemos estado el mismo tiempo en la cocina, quizá un minuto más, pero el resultado salta a la vista !

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